Este poema nos lo comparte Tere Resa, quien inicia sus colaboraciones en este portal. Como buena amante de la literatura, la escritura y el teatro, nos ilustrara con textos y contextos de los mismos en este nueva sección, que aproposito de esta colaboración se llama Degustando la prosa.

————————————————————————————————————————————————-

Este poema fue escrito por Manuel Gutiérrez Nájera, quien nació y murió en la Ciudad de México a mediados del siglo XIX. Vivió la plenitud del afrancesamiento mexicano que trajo el General Porfirio Díaz. Se comenzó a hablar francés, a leer a los poetas galos como Verlaine, Gautier y Musset, y una nueva forma de vida se introdujo. La profundidad de lo que se dice no importa mucho. Simplemente, se impone la forma sobre el fondo. Estimado lector, lee el poema en voz alta y encuentra su musicalidad. Advierte que todo el texto es una comparación de las mujeres de tipo europeo con las que son bebidas espirituosas -licor, champán, borgoña, vino blanco, vino tinto- y las no espirituosas –café y té. ¿No será, acaso, que más que un carta de vinos es una cata de amor? Tú decide.

                                                   Tere Resa

Para Un Menú

Las novias pasadas son copas vacías;
en ellas pusimos un poco de amor;
el néctar tomamos… huyen los días…
¡Traed otras copas con nuevo licor!

Champán son las rubias de cutis de azalia;
borgoña los labios de vivo carmín;
los ojos oscuros son vino de Italia,
los verdes y claros son vino de Rhin.

Las bocas de grana son húmedas fresas;
las negras pupilas escancian café;
son ojos azules las llamas traviesas
que trémulas corren como almas del té.

La copa se apura, la dicha se agota;
de un sorbo tomamos mujer y licor…
dejemos las copas… ¡Si queda una gota,
que beba el lacayo las heces de amor!

Tomado de http://www.poemas-del-alma.com

Publicado el

Relacionados