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- En materia de medio ambiente, las mujeres son grandes maestras en sus comunidades; son las primeras que se organizan para mantener su entorno.
En las 12 esferas de especial preocupación contenidas en la Plataforma de Acción de Beijing nuestro país refleja avances. El Estado Mexicano está consciente de que resulta indispensable mejorar la condición de las mujeres y las niñas para lograr un desarrollo sostenido, lo que implica cerrar las brechas de género que las colocan en desventaja.
Cuando ocurren desastres, la pobreza agrava las condiciones de vida de las mujeres. Ellas constituyen el 70% de la población pobre a nivel mundial y constituyen el 64 por ciento de las personas analfabetas del mundo. A esto se suma el problema de la tenencia de la tierra; para una mujer que no posee el lugar donde habita y trabaja le será más complicado reconstruir o acceder a programas de apoyo.
Lorena Cruz Sánchez, presidenta del Inmujeres expresó que “la nueva concepción de que los desastres son resultado de riesgos no manejados y eventos sociales, más que naturales, obliga a considerar a la protección civil como un tema social que juega un papel clave en los procesos del desarrollo humano, económico, ambiental y territorial. Por ello, la nueva política de protección civil establece como principio que la pobreza en las comunidades en riesgo, aunada al deterioro ambiental, potencializa su vulnerabilidad y complica su recuperación ante los desastres”.
Dijo que otro elemento a considerar con seriedad es la violencia, que en situaciones de desastre se incrementa exponencialmente. Por eso resulta indispensable implementar estrategias locales de protección y resguardo que incluyan campañas de información para prevenir hechos delictivos, y para que las mujeres indígenas, rurales y urbanas conozcan sus derechos.
La funcionaria federal comento que es imprescindible lograr el empoderamiento económico de las mujeres, no sólo porque ofrece elementos básicos para la independencia personal, sino porque las víctimas de desastre necesitan recuperar sus medios de sustento entre los que están herramientas de trabajo, animales y semillas para aquellas que se sostienen de sus proyectos de traspatio, por ejemplo:
En materia de medio ambiente, las mujeres son grandes maestras en sus comunidades; son las primeras que se organizan para mantener su entorno medioambiental saludable porque representa un recurso para su sostenimiento.
Por eso, apoyar sus iniciativas de turismo ecológico, de explotación responsable para la sustentabilidad ambiental es prioritario para todo el país. Tenemos que promover el reconocimiento y la recuperación de los conocimientos tradicionales y el papel que ellas desempeñan en el mantenimiento de los ecosistemas. Se podría trabajar muy bien con ellas para explorar fuentes de energía alterna y sistemas energéticos más eficientes que respeten nuestro ambiente y, al mismo tiempo, que disminuyan el tiempo y el esfuerzo físico que ellas invierten en la provisión de los combustibles que necesitan.
En materia de protección civil, el objetivo transversal 5 del PROIGUALDAD establece: Generar entornos seguros y amigables de convivencia familiar y social, actividades de tiempo libre y movilidad segura para las mujeres y las niñas; incorporar el género en la detección y disminución de riesgos, la atención a emergencias y la reconstrucción en desastres naturales y antropogénicos.
En este sentido, un mandato específico del PROIGUALDAD es promover la integración de comités de protección civil en zonas de riesgo de desastre, con participación de mujeres de todas las edades. También, la creación de observatorios ciudadanos para el monitoreo, evaluación y rendición de cuentas para las acciones de género, hábitat y medio ambiente, finalizó.
En el INMUJERES lo importante es la sustentabilidad del entorno para las mujeres. Por eso, en el PROIGUALDAD se incluye una línea de acción para impulsar proyectos productivos, turísticos y de conservación del medio ambiente especialmente para las mujeres indígenas y rurales.