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Con la ortopedia en 3D se transforman infancias

El doctor Óscar Juárez, cirujano ortopedista, ha encontrado en la impresión 3D no solo una herramienta de precisión quirúrgica

por Jorge Arturo Castillo

La ortopedia en 3D se tienen nuevas opciones en un país donde tantas mujeres luchan solas para conseguir un medicamento o una cita médica, historias como la del doctor Juárez nos recuerdan que sí es posible ejercer una medicina diferente. Una medicina que escuche, que observe, que se arrodille al nivel de una niña y le diga: “tú puedes”.

En una clínica de Ciudad Juárez, la ciencia se entrelaza con el cariño para cambiar vidas pequeñas, pero valientes. El doctor Óscar Juárez, cirujano ortopedista, ha encontrado en la impresión 3D no solo una herramienta de precisión quirúrgica, sino un puente hacia el alma de sus pacientes, muchas de ellas niñas que, desde su primer respiro, han tenido que desafiar límites físicos y sociales.

Con el respaldo de la tecnología de Bambu Lab, este médico ha convertido su consulta en un laboratorio de esperanza, con la ortopedia en 3D donde las prótesis no solo se ajustan al cuerpo, sino también al corazón de cada niña y su familia. Porque sí, detrás de cada historia de superación, suele haber una mujer: una madre que sostiene, que lucha, que cree.

Ortopedia en 3D

Cuando una mano azul cambia una vida

La historia de Katalina es, sin duda, una de esas que se quedan grabadas. Tenía cinco años y una malformación congénita. Cuando el doctor Juárez le preguntó su película favorita, ella no dudó: Frozen. Inspirado por Elsa, diseñó una prótesis azul con copos de nieve, envuelta como regalo. La entregó en un ambiente cuidadosamente creado: luces, música y un mensaje proyectado: “Katalina, tu magia está lista”.

La niña sonrió. Su madre lloró. Fue un momento profundamente íntimo y poderoso. Porque no era solo una prótesis: era una afirmación de identidad, un acto de amor médico, una nueva forma de abrazar la infancia.

La Ortopedia en 3D, Tecnología con alma y propósito

La innovación que impulsa el doctor Juárez no es una moda ni una casualidad. Es el resultado de combinar conocimiento, sensibilidad y visión. Desde 2019, cuando comenzó a experimentar con impresoras 3D durante la pandemia, ha ido más allá de la emergencia para crear soluciones quirúrgicas personalizadas, desde huesos hasta guías médicas adaptadas a cada cuerpo, a cada caso… y a cada historia.

Y es aquí donde esta historia resuena con fuerza en los espacios que luchan por una salud más humana y feminista: porque no basta con la técnica, hace falta la ternura, el contexto, la empatía. Esa es la medicina que transforma, la que reconoce que las niñas y sus madres no son cifras, sino protagonistas.

De Spider-Man a superhéroes reales

También está el caso de Tadeo, un pequeño nacido sin manos, que recibió sus prótesis mecánicas con los colores de Spider-Man. Pero detrás del diseño heroico hubo otra heroína silenciosa: su madre, que durante años cargó, alimentó y sostuvo sin más ayuda que su fuerza. El momento en que su hijo tomó por primera vez un cubo de juguete fue una redención. Y sí, otra vez, las lágrimas hablaron donde las palabras no alcanzaban.

La ortopedia en 3D muestra sus resultados. Estas prótesis no solo permiten mover objetos. Permiten mover emociones, cambiar narrativas, reescribir infancias. Permiten a las mujeres que cuidan y acompañan respirar con alivio, imaginar futuros más amables para sus hijas e hijos.

Democratizar la salud, empoderar a las familias

Lo que hace aún más admirable este proyecto es su vocación social. Juárez no opera en una clínica privada de élite, sino en una ciudad fronteriza marcada por carencias. Sin embargo, gracias a la tecnología de Bambu Lab, ha logrado imprimir prótesis accesibles, con costos razonables y gran precisión.

Hoy, muchas niñas y niños de bajos recursos tienen acceso a dispositivos personalizados que antes solo existían en hospitales de vanguardia. Esto no solo transforma sus cuerpos, sino que libera a sus madres de cargas históricas, brindándoles algo tan escaso como valioso: la tranquilidad.

Cuando la medicina abraza

En un país donde tantas mujeres luchan solas para conseguir un medicamento o una cita médica, historias como la del doctor Juárez nos recuerdan que sí es posible ejercer una medicina diferente. Una medicina que escuche, que observe, que se arrodille al nivel de una niña y le diga: “tú puedes”.

Desde este espacio celebramos estos esfuerzos porque ponen al centro lo que realmente importa: la vida digna, el derecho a soñar, y la certeza de que una prótesis también puede ser una varita mágica si se entrega con respeto y amor.

El Botiquín

El paciente en México ya podría recibir una medalla olímpica por resistencia… lleva siete años corriendo la maratón del desabasto. Desde la “compra consolidada milagrosa” que acabó en desastre, hasta contratos que se esfuman y pagos que nunca llegan, el único constante ha sido el caos. El gobierno dice que ya tiene casi todo comprado —“96 %”, según sus propias cifras—, pero en las farmacias públicas la escena se repite: estantes vacíos y pacientes jugando a la tómbola de los medicamentos.

¿La esperanza? Agosto… o cuando las “Rutas de la salud” encuentren el Waze correcto.
El tan nombrado “cuello de botella” no está en la logística, sino en la mente de quienes creen que mover papeles es lo mismo que mover medicinas. Ahora nos venden como solución que unas flamantes camionetas oficiales repartirán fármacos casa por casa. ¿Y mientras tanto? Pues más peloteo: el balón de la salud pública sigue rodando sin portero, sin dirección y sin voluntad real de meter un gol. El paciente, por supuesto, sigue en la banca… esperando turno y medicina.

Artículo cortesía de Jorge Arturo Castillo y la revista Mundo Farma.

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