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Dormir para vivir mejor: cuando tratar la apnea del sueño cambia la historia cotidiana

El tratamiento oportuno de la apnea del sueño abre una nueva oportunidad de descanso, prevención cardiovascular y bienestar para miles de pacientes en México.

por Jorge Arturo Castillo

Columna Bienestar Integral

La apnea obstructiva del sueño avanza en silencio entre millones de personas. Hoy, nuevas tecnologías como el AirSense 11™ de Resmed abren una ventana real para recuperar el descanso, la energía y la calidad de vida. Dormir bien vuelve a ser una posibilidad tangible.

Especialista en finanzas personales.

Magdalena Macías Macías

El ronquido que corta la madrugada suele tomarse a broma. Se vuelve parte del paisaje doméstico, un ruido más en la noche. En mi caso particular, he aprendido a dormir con los ronquidos de mi esposo, de hecho, hasta me arrullan, por así decirlo. A eso me refiero cuando digo que «normalizamos» esta situación que puede volverse todo un tema en muchos casos.

Es verdad. Para miles de familias, ese sonido es en realidad una señal de alerta de algo mucho más profundo: un cuerpo que lucha por respirar mientras duerme. La apnea obstructiva del sueño (AOS) no solo roba descanso; va debilitando, poco a poco, la  salud, el ánimo y la vida misma. Y, sin embargo, hoy más que nunca, también tenemos razones para hablar de esperanza.

En México, una de cada 10 personas adultas podría padecer AOS. Es una cifra que estremece por su magnitud, pero también por lo que implica: millones de personas viviendo con cansancio crónico, somnolencia diurna, dificultad para concentrarse, irritabilidad y, en muchos casos, con riesgos cardiovasculares que avanzan en silencio. La apnea no distingue del todo entre edades, profesiones ni estilos de vida. Puede tocar a cualquiera.


Lo más delicado es que, con frecuencia, no es el propio paciente quien detecta el problema. Son la pareja (como en mi caso), los hijos, o incluso, los compañeros de casa quienes notan los ronquidos intensos, los jadeos nocturnos o las pausas respiratorias que interrumpen el sueño una y otra vez. Pero entre la normalización del síntoma y la subestimación del riesgo, el diagnóstico suele retrasarse.

Cuando el diagnóstico cambia el rumbo

La AOS ocurre cuando las vías respiratorias se colapsan de forma intermitente durante la noche, interrumpiendo el flujo de aire y provocando microdespertares constantes. El paciente muchas veces no recuerda haber despertado, pero su cuerpo sí resiente ese esfuerzo continuo. Dormir deja de ser reparador y el organismo entra en una dinámica de desgaste.


Aquí es donde la medicina del sueño entra en escena como una auténtica aliada. Un diagnóstico oportuno permite no solo poner nombre a lo que ocurre, sino abrir la puerta a soluciones que hoy están plenamente respaldadas por la evidencia clínica. Entre ellas, el uso de dispositivos de presión positiva continua en las vías respiratorias, conocidos como CPAP.


Y esa es la noticia en esta ocasión. En nuestro país, ya se encuentra disponible el AirSense 11™ de Resmed, un equipo que representa una evolución significativa en este tipo de terapias. No se trata solo de “dormir con un aparato”, como todavía se piensa en algunos entornos. Se trata de restablecer la respiración durante la noche, de evitar la caída de oxígeno en la sangre y de permitir que el cuerpo vuelva a cumplir su proceso natural de recuperación mientras dormimos.

El impacto es profundo. Mejor calidad del sueño, más energía durante el día, reducción de los ronquidos, mejora en la memoria, en la concentración y en el estado de ánimo. A largo plazo, también disminuye el riesgo de hipertensión arterial, de infarto y de enfermedad cerebrovascular. Dormir bien deja de ser un lujo y vuelve a ser lo que siempre debió ser: una base de la salud.

Tecnología que acompaña, no que sustituye

Uno de los grandes valores de dispositivos como el AirSense 11™ está en su capacidad para integrarse a la vida cotidiana del paciente. Su diseño intuitivo, el monitoreo remoto y su conectividad permiten dar seguimiento a la terapia, ajustar parámetros y, sobre todo, acompañar al paciente en un proceso que es tanto físico como emocional.


Porque no podemos olvidar que dormir con un dispositivo implica un cambio importante en la rutina, en la imagen personal y, muchas veces, en la dinámica de pareja. El tratamiento no solo se acepta con datos médicos; se construye con información clara, con acompañamiento profesional y con una red de apoyo que ayude a vencer miedos, resistencias y falsas creencias.


De esta manera, el paciente que se siente escuchado, comprendido y acompañado, se apega mejor al tratamiento. Y cuando eso ocurre, los beneficios no tardan en aparecer. La energía regresa. El ánimo cambia. La vida empieza a sentirse de nuevo “habitable” durante el día.

Dormir también es una decisión de salud

La apnea del sueño no puede abordarse solo desde la tecnología. Los especialistas coinciden en que los cambios en el estilo de vida son una pieza clave del tratamiento: evitar el consumo de alcohol por la noche, mantener un peso saludable, mejorar la alimentación, hacer ejercicio y cuidar la higiene del sueño. Son decisiones cotidianas que, sumadas al tratamiento con CPAP, multiplican los beneficios.


Lo verdaderamente alentador es que hoy existe mayor conciencia, mejor diagnóstico y más opciones terapéuticas accesibles. Instituciones como la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM y múltiples centros especializados en el país trabajan para que esta condición deje de ser invisible y se atienda con oportunidad.


Hablar de apnea ya no es hablar únicamente de ronquidos, sino de prevención cardiovascular, de  salud metabólica, de bienestar emocional y de calidad de vida. Es hablar de un problema serio, sí, pero también de una oportunidad real de transformación.

Dormir para recuperar la vida

Tratar la AOS permite algo que parece sencillo y, sin embargo, es profundamente transformador: volver a despertar con energía, con claridad mental, con ánimo. Dormir bien no resuelve todos los problemas de la vida, pero sí devuelve la fuerza para enfrentarlos.


Iniciativas como la llegada de tecnologías avanzadas de tratamiento a México representan mucho más que un avance médico; son un paso firme hacia una cultura de la prevención y del autocuidado. Son la confirmación de que, aun frente a padecimientos silenciosos y crónicos, la ciencia, la innovación y la atención humana pueden marcar la diferencia.


Hoy sabemos que la apnea del sueño se puede tratar, controlar y vivir con ella de una manera muy distinta. Y eso, para miles de pacientes y familias, significa algo profundo: recuperar la noche para volver a vivir mejor el día.

El primer gran paso


Dormir bien vuelve a ser posible. Y con ello, también lo es recuperar la energía, la salud y el proyecto de vida que la apnea había puesto en pausa. Porque a veces, el primer gran paso para cambiar una historia de desgaste es, simplemente, volver a respirar con tranquilidad mientras dormimos.

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