Por: Mónica Aveleyra.

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Nuestra  interminable tarea  inicia cuando escuchamos en palabras del doctor, “señora felicidades va usted a ser mamá”, a partir de ese momento, llegan las inquietudes y ciertas preocupaciones. Las principales son, que venga sano, que no haya complicaciones y comprarle todo lo indispensable.

 Después de una noche agotada de soportar contracciones,  dolor y angustia por ver a nuestro hijo, ahí en el primer llanto todo pasa,  es ahí en ese preciso momento que nuestra vida dá un giro de 360 grados, nos llega de golpe y porrazo una vida que debe ser cuidada, protegida, apoyada, amada y educada por nosotros.

mamisY empezamos a crecer y a graduarnos junto con ellos, dispuestas a aprender a ser madres (porque no es nada fácil),  valoramos sus logros que representan  nuestras victorias, su amor nuestra mayor recompensa y como va pasando el tiempo seguimos recibiendo títulos, cocinera pues nos esmeramos en preparales sus platillos favoritos,  doctora de tiempo completo ya que somos las primeras en no dormir y ayudarlos si se sienten mal, psicóloga para sus dudas y cuando nos piden consejos, chofer, consultora, cupido, administradoras de tiempo completo y además en muchos de los casos tenemos la oportunidad de seguir ejerciendo las carreras o trabajos que llevemos acabo curricularmente.

Pero eso no es todo, aún fuera de casa la mamá esta más cerca que nunca, preocupada a distancia por nuestro bienestar y pidiendo día a día que nada nos falte, que nada nos pase, aún ya casados y con nuestra propia familia, mamá siempre se quitará el pan de la boca por ayudarnos en cualquier apuro, su amor, es incondicional y nisiquiera nos cobran por todo y digo todo lo que hacen por nosotros a lo largo de nuestra vida que imagino sería un precio imposible de pagar por lo que vale.

Hoy sé que es de por vida y más que un matrimonio, aquí aplica realmente la palabra “hasta que la muerte nos separa”, con todos nosotros  existe una madre así, preocupona, guerrera, la más amorosa aún sin decirlo, ella es corazón, alma y fortaleza.

Mamás, gracias por demostrar siempre su amor, por apoyarnos, por escucharnos y secar nuestras lágrimas, por  pedir por nosotros, ojalá como madres fueramos eternas, FELICIDADES A TODAS LAS MAMÁS , a las que ya se nos adelantaron sabemos que aún así siguen pidiendo por sus hijos y desde arriba cuidando e intercediendo por su bienestar, regresan del lugar de donde vinieron pues son nuestros más lindos ángeles, es por eso que digo, nuestro amor de madres…. ES DE POR VIDA.

ser mama

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