América Cerrillo, Se define como una guerrera, emprendedora, creativa e inquieta. Y si que lo es, madre de tres criaturas, esposa, compañera y ahora cómplice de un sueño familiar. Una gastrocantina en la que, además de cocinar, diseñó la carta y atiende todos los detalles para hacer leyenda de un nuevo lugar para reparar cuerpos y almas; localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
América es anfitriona y creadora, como buena mujer transforma los elementos de la cocina en obras de arte para el paladar. Ella afirma que es una cocinera más que chef. “Mis primeros recuerdos de la infancia, no son en el kinder o jugando, a mi me gustaba pasar el tiempo en la cocina. Tuve la fortuna de crecer con mi abuela y ella poco a poco me dio la oportunidad de aprender desde pelar chícharos hasta cocinar con ella las recetas de familia. La cocina mexicana de siempre con ingredientes frescos y con gusto por la preparación de cada plato”, afirma America.
“Mi convivencia con mi abuela me marco porque sus leyendas eran increíbles, había recorrido todo Michoacán y entonces citaba a mis amiguitos y nos contaba de La Llorona y muchas anécdotas que nos tenían fascinados. Y por supuesto todos estábamos siempre atentos, pasábamos el tiempo con mi abuela y siempre todo giraba alrededor de comer, comer sabroso. En su casa siempre habían invitados además de que llegaban los no invitados, pero mi abuela se las arreglaba siempre para dar de comer a todos. Ella decía: Si tu compartes tu comida siempre alcanzara para todos, siempre habrá mas”, recuerda.
“Conmigo y mi hermano vivian mis tías, las hermanas de mi mama, entonces siempre venían a casa con amigos, mi abuela siempre estaba preparada para las visitas y entre olores y sabores estábamos cocinando y me contaba sus historias… esto marco mi vida, mi forma de ser y hoy soy mucho como ella era, fue una gran guerrera todo lo que yo oí de mi abuela, lo que me contaba me formo, me hizo ser quien hoy soy” reconoce el valor que tiene su abuela en su vida.
Se reparte entre ser cocinera, empresaria, y mama… pero también hace tiempo para ella misma.
Entre los hobbies de America este el ver peliculas, viajar y el más improtante de todos es el de cocinar, sin duda su vocación. El resto del tiempo lo dedica a sus tres hijos, busca tiempo todo el que puedo para estar con ellos e incluso comparte con ellos el amor al cine.
Sus inicios en la cocina y la gastronomia….
Después de lo aprendido con la abuela, estudio para afinar algunas de sus técnicas e hice una especialidad en Administración Restaurantera. Hoy en día pone en práctica sus conocimientos no solo frente al fogón sino al frente del su restaurante donde continúa con la tradición de la cocina mexicana. Su restaurante es un sueño familiar, y de forma innata se devela la facilidad que tiene para se anfitriona y le da gran satisfacción el compartir con la gente lo que les gusta comer en sucasa.
“En nuestras familias, todo gira alrededor de la cocina… siempre ahí damos las buenas, las regulares o las malas noticias, ahí compartimos, lloramos nos emocionamos y desde luego cocinamos y comemos sabroso”, reconoce.
Además de ser su pasión la cocina es una terapia, cuando entre en la cocina a preparar o crear platillos se olvida del mundo exterior, la preocupaciones quedan detrás de la puerta y hasta pierde noción del tiempo.
“Lo que mas me gusta es ver a la gente comer, de repente termino de cocinar en una gran reunión de la familia y yo ya no quiero comer, pero disfruto ver a los que quiero saboreando mi comida, por eso juntando nuestro gusto por la comida y por servir, es que decidimos abrir la Legendaria, convertirme en una mujer emprendedora y materializar un sueño, ahora nuestro reto es alimentar a nuestros comensales y verlo salir satisfechos y contento”, explica.
La Gatrocantina la Legendaria es un proyecto que le ha llevado años gestar, y al preguntarle ¿porqué decidieron poner un restaurante? Con una risa nerviosa dice: no sabíamos lo que hacíamos y se ríe para después explicarnos que a pesar de haber estudiado para esto yo pero hasta ahora se enfrenta a la realidad del día a día junto con su gente, su equipo de trabajo, en quienes cree y asegura son vitales para poder llevar a la vida real su sueño. En equipo aprenden, corrigen y continúan para delante.
Atrás de una gran mujer también hay un gran hombre… Su marido la ha apoyado en cada paso para abrir La Legendaria. “Mi marido y yo tenemos espíritu emprendedor y muchas inquietudes.. la verdad es que no puedo estarme en paz… y el me apoya”, asegura.
“Cuando teníamos la ilusión de abrir el restaurante recorrimos muchos, vimos que nos gustaba comer, al inicio hicimos una lista enorme llegamos a 200 platillos que nos gustaban pero eso era imposible para una cantina. Así decidimos dejar una carta con lo que mas nos gustaba y que sabíamos que la gente podría disfrutar, platos sin pretensiones con la sencillez de la comida casera familiar, pero con una presentación moderna que invita a comer, y bien servida no como muestras, sino platos que dejan satisfecho al comensal”, señala.
Los que hemos tenido el gusto de conocerla vemos en America una mujer alegre, responsable y muy maternal que cuida a su gente incluyendo a todo su personal a sus amigos. Ella se considera tenaz y agrega a forma de broma que hasta un poco terca su frase es: “Soy una guerrera… y guerrosa”. A decirla se forma una gran sonrisa en su rostro y nos recuerda los inquieta que fue desde niña y que sigue siendo.
Esta mujer guerrera que se viste de anfitriona con sonrisa implacable, personalidad cristalina y autentica, ella nos espera para convivir, sentarnos en la mesa, restaurar el cuerpo con alimentos frescos y muy mexicanos y exaltar los espíritus con unos buenos mezcales. Todo esto en: “El lugar en que la gente se reúne para contar sus historias y también a crearlas”.
2 comentarios
gracias Alicia linda nota!,l
Ya he comido ahí ademas del agradable ambiente la comida el mole me recordó a mi abuela deliciosos tienen que probarlo
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