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En los últimos tiempos hemos dirigido nuestra atención al desarrollo científico, aun cuando las preguntas esenciales todavía permanecen sin respuesta.
El mundo moderno se diagnostica en términos de ansiedad, contaminación y falta de sentido común.
La misma tecnología de la cual esperábamos la satisfacción de todas nuestras necesidades, nos trae la grave amenaza de una guerra nuclear y el desastre ecológico que estamos viviendo, a nivel mundial.
La información que nos llega a través de los medios masivos de comunicación esta diseñada para vernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea en forma fragmentada, empobrecida y sin sentido.
Sin embargo, si pones atención a tu yo interno, a lo que te dice la percepción más profunda, a lo que tu corazón te dicta, puedes salir de este frenesí.
Más y más personas están comenzando a sentir, ya sea de manera vaga o un poco mas consciente, que existe algo mas que su cuerpo físico.
Tarde o temprano el hombre tiene que detenerse y preguntarse: ¿Quien soy yo? ¿Cual es mi papel en este mundo? ¿De donde vengo? ¿A donde voy? ¿Cuál es el verdadero sentido de mi existencia?
Definitivamente, la causa fundamental de todas nuestras dificultades y sufrimiento es la incomprensión de nuestro verdadero ser.
Sin esta comprensión nunca podremos ser felices, ni vivir en paz y armonía con nadie, ni siquiera con nosotros mismos y una de las herramientas que nos puede ayudar a conseguir esa paz es a través de la meditación.
Para quienes no conocen qué es la meditación, les recomiendo dedicar al menos un minuto de silencio en que pongas toda tu atención en ti mismo, que sientas cada célula de tu cuerpo desde la punta del pie hasta la cabeza.
Hazlo diariamente, solo un minuto en el que el centro de atención eres TÚ.