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“Hablando de se entiende la gente” de Mónica Mayer llega al Claustro de Sor Juana

por Diana Alarcon

Se trata de piezas realizadas en los últimos tres años de labor creativa en la revisitación de su archivo; la muestra se exhibirá hasta febrero de 2026

Definir y redefinir qué es el archivo y las distintas formas de dialogar con él, para poder ahondar en cuáles son esos objetos que guardan nuestra memoria e indagar qué es lo que custodian los recuerdos, son algunos de las premisas de la nueva exposición de Mónica Mayer que será inaugurada en la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ).

Titulada Hablando se entiende la gente, la muestra que estará abierta al público a partir del jueves 25 de septiembre de 2025, a las 19 horas en la Celda Contemporánea de El Claustro, reúne fotografías, carteles, diversos objetos, videos cortos y registros de algunos de sus performances, piezas realizadas en los últimos tres años de labor creativa.

Al respecto, Mónica Mayer indicó que la exposición nace en el marco de su proyecto “Hablando se entiende la gente: interviniendo el Archivo Pinto mi Raya a partir del texto, la imagen y la palabra” y propone distintas formas de conversar con los archivos.

Para la artista visual el archivo es fundamental en su labor creativa, desde el acervo creado junto con Víctor Lerma: Raya: crítica, crónica y debate en las artes visuales, que reunió la prensa, los textos de opinión en los periódicos sobre artes visuales durante 25 años, “me gustan las piezas de largo aliento y que tienen que ver con esta memoria, precisamente como un acto político, porque hoy en día las batallas son batallas de narrativas”. 

“Fueron tres años de absoluta dicha de poder meterme a mi propio archivo a, principalmente, conferencias que di en los años setenta y ochenta, cuando había diapositivas, ver esos y otros materiales y empezar a jugar con ellos, a dialogar con ellos, para poder entablar este hablar (en alusión al título de la exposición) con otras generaciones, a partir de presentar la obra en las redes sociales”, compartió.

La precursora del arte feminista en América Latina y del performance en México, explicó que gran parte del trabajo realizado en esta revisitación de sus acervos se ha presentado en distintos formatos como videos cortos (reels), imágenes o podcast, y compartidos en plataformas como TikTok, Instagram o Facebook, pero el reto aquí —para ella— era presentar una exposición de este nuevo trabajo.

“Tenía muchas ganas de presentarlo así porque se muestra de otra manera, todo el trabajo junto es distinto, y creo que se entiende mucho mejor cuando se presenta así, que cuando son pequeñas piezas regadas por todos lados”, comentó.

Detalló que le interesaba mucho este ejercicio de traducir de otros medios a las plataformas, para plasmar todas esas historias en piezas que fueran acordes a la idea y que, sobre todo, se entendiera todo el trabajo realizado, “la gente se acuerda de mi trabajo de los años setenta, y de lo nuevo no, para mí es muy importante poderlo presentar de esta manera”.

Mencionó que desde hace más de 10 años trabaja en reactivar archivos, no solamente los suyos, sino que ha intervenido otros —como el de Olivier Debroise y Ana Victoria Jiménez—, ya que considera que al estar guardados no sirven de nada, “la obra está muerta, es inservible si no se muestran”.

“En esta exposición me permití jugar ampliando estos conceptos, jugando con ellos y haciendo piezas juguetonas y divertidas que hablaran de la memoria, porque si no tenemos memoria, nos perdemos por completo, pues es la base para poder hablar”, afirmó. 

Compartió que, con la idea de que las nuevas generaciones se identifiquen con las ideas que promueve su obra, se jugó con herramientas como la inteligencia artificial, “los resultados fueron alucines muy divertidos”, porque también es importante experimentar y aprender de la tecnología existente, que es algo que siempre le ha interesado, por ejemplo, cuenta con obras de gráfica digital de cuando la fotocopia a color era considerada high tech.

“Ahora, por ejemplo, es un reto tratar de hacer una pieza para TikTok y que cinco segundos capturen la idea, lo que me recordó lo que escribí durante 20 años en una columna de arte para un periódico, ya que el hacer estos videos cortos es como ‘hacer encabezados’, cómo redactar para llamar la atención, es como traer herramientas del pasado y tratar de adaptarlas al presente”, aseguró.

Expresó que esta labor ha sido muy divertida, por ejemplo, un artículo que escribió a principios de los años noventa: “El arte como un marido aburrido e infiel”, donde criticaban las políticas culturales, pero de una manera muy juguetona e irónica, lo publicó a manera de video en las redes y al otro, ella se sentía como una influencer por la gran respuesta que tuvo, un éxito total. 

Para Mónica Mayer lo triste es que son problemas de los que ella hablaba hace 30 a 40 años, pero que ahí siguen, pues los sistemas no cambian muy fácilmente, por eso es importante apelar a la memoria y a ella le gusta hacerlo con humor, porque cree que es una manera en la que se entienden de una manera más amablemente. 

“¿Cuántas cosas no hay en nuestros archivos que sí tienen sentido hoy en día?, que hay que compartir, pero hay que ver cómo hacerlo para que llamen la atención, para que sea acorde al momento que se vive”, reflexionó.

Finalmente, subrayó la participación de jóvenes en esta exposición, ya que la curaduría corre a cargo de Yuruen Lerma Mayer, la museografía es de Brenda Hernández y en la realización del proyecto expositivo se contó con el apoyo de Natali Olac Farfán y Tonantzin Arreola.

José María Izazaga 92, Centro Histórico de la Cdad. de México, Centro, Cuauhtémoc, 06080 Ciudad de México

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